miércoles, 18 de agosto de 2010

Cruces de sal


Y es así, que me digas que va a llover y entonces yo no dudo en salir a caminar... Es andar esa arboleda de eucaliptos fieles mil veces y nunca cansarme, es esa imagen del cielo gris y las hojas en movimiento, la humedad, la siempre sedienta tierra, los sauces esperando por llorar, los brazos al son de la brisa, la brisa al tiempo del atardecer, el frío anidándose en el abrigo, la miel en la boca, la atracción de siempre, la tormenta al fin. Es el eje donde gira, el tiempo que lo mira, la espina tan cristiana, el ego, las huellas no borradas, las alas perfumadas, la imagen prometida, la vos estremecida del aire cielo al llover, es toda la canción. Ya llovimos mentiras mejores, inundamos los ojos por dentro y por fuera, buscamos refugios, hundimos los barcos, izamos las velas, llovimos tormentas y hoy cruces de sal… Hoy que vemos que no escampa, cruces de sal. Hoy que no han faltado brazas, cruces de sal. Aunque el agua nos aplasta, cruces de sal



Este post estuvo durmiendo desde hace unos meses en el borrador, hoy lo reencontré y dije: "quizás a alguien le venga bien...". Así que acá lo dejo nomás, haciendo de las suyas como si tuviera vida propia.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

La comunión que duerme, y se despierta así...
Siempre toca, acaricia a alguien en sus alas perfumadas!

Delicioso!!

Anónimo dijo...

Buena suerte, Pepe...