lunes, 27 de junio de 2011

Aquí te espero




Te busco y no estás. Te encuentro y no sos. Hace rato, ya, que venimos tocando esta canción a destiempo… Es de noche y en el suspiro de la soledad, pareciera que nos encontramos, este espacio es nuestro, pienso. Me preparo para recibirte (vos sabés todo el ritual que, para mí, promueve el ángel de tu presencia), mi casa es tuya. Y te quedas en silencio, rebotando tu imagen en la habitación, jugando al loco con mis dedos, metiendo esas dos o tres notas fuera de la escala que arruinan toda la velada.
 Cuando volvía de mi niñez, algunos días atrás, naufragué en un recuerdo tan escondido que me parecía ajeno, un espejo perdido en el fondo de la casa reflejando una imagen absurda, multiplicándola… como si con una no bastara. Éramos aire liviano, vos y yo, éramos satélites el uno de otro, una cofradía, una escultura de la inocencia acariciada por un pibe de un lustro. El tiempo era siempre el mismo, te acordás? Después yo quise correr y vos le tomaste el gusto a eso de andar despacio. Yo quise ser hijo del vértigo y vos cantabas baladas, la escena resultaba bonita a pesar de las diferencias. La calle con sus cordones y yo intentando desatárselos cada noche. Me dijiste que las ciudades no eran para vos, que el ruido entorpecía la comunicación, que en el tumulto todos somos nadie, que lo que te tiene que encontrar te alcanza en cualquier lado y te dibujaste allá, lejos, en una imagen que esperabas que un día yo llegará a colorear. Yo hice mis pasos sin mirar atrás, cruce a los tumbos las líneas de las que tantas veces hablamos y sentí un alivio en el pecho. Este era el laberinto que me tocaba a mí. Años más o menos, quedamos en encontrarnos a la salida.
Te busco y no estás. Te encuentro y no sos. Hace rato, ya, que venimos tocando esta canción a destiempo… Tomate el tiempo que quieras, acá te voy a estar esperando.

miércoles, 1 de junio de 2011

Puerta abierta





Vuelvo. Desde algún lugar lejano vuelvo. Estoy en vos y estás en mí, yo en ustedes y ustedes en mí, el mismo lugar de siempre, la pertenencia nunca desapareció. Podría decirse que también ustedes están de regreso, sabemos muy bien que este plano es un espacio sin lugar y nuestra morada es el lugar en donde la llama late, donde los ojos brillan, donde los corazones palpitan, donde los brazos de la vida abrazan de verdad. Entonces, también son ustedes los que vuelven a mí. Somos los que estamos y estamos lo que tenemos que estar, no hay nada de sobra entre nosotros, ni nada de menos, los que hoy físicamente no nos acompañan en este viaje no están ausentes, vienen siempre con nosotros, en gestos, palabras, reflexiones, miradas, recuerdos, peleas, planteos… En algún lugar se acomodaron y viajan para siempre con nosotros. El aroma que nos junta es inconfundible, la vibración que llama es madre, es el momento del equilibrio, es la hora de los seres. Se rompió la red y nos soltó, se abrió la jaula y volamos, despacio y cada quien desde sus lejanas trampas dimos pasos agónicos naciendo y muriendo en infinidad de vidas, nuestra única brújula fue la intuición, nuestra mejor escuela fueron nuestras heridas, detrás nuestro las huellas que mañana otros han de seguir. Y aquí, juntos otra vez.
Es la parte que nos toca y de la que nos hacemos cargo, nos toca ser la lanza y toda una humanidad nos empuña. Mañana el día será igual pero diferente, estamos ahora del otro lado del puente, se rompió el candado, salimos y empezamos a caminar hacia otro lado. Estas palabras son huella y al leerlas dejarás las tuyas también, nosotros pintamos este cuadro, libera tu bellísima creatividad, entonces, y construye la realidad más hermosa que puedas imaginar.

Sintonía



Que bueno fue que estuvieras viva.
Que bueno fue que llegaras justo.
Que bueno fue sepultar la herida.
Que bueno fue desnudar los sustos.
Que bueno fue que supiera verte.
Que bueno fue liberar la gracia.
Que buena fue la pasión en medio.
Que bueno fue ser tan diferentes.
Que bueno fue robarte aquel beso.
Que bueno andar la distancia juntos.
Que bueno verse en ojos ajenos.
Que buena fue esa escena nueva.
Que bueno el cuadro de aquella noche.
Que bueno estés acostada al lado.
Que bueno es dejarlo en palabras.
Que bueno es esto que está pasando.