viernes, 3 de diciembre de 2010

Silencios que hablan

A veces pienso que todavía le debo algunas noches a el silencio, a esas miradas hacia adentro, ese cerrar los oídos y todas las demás percepciones a la vez y escuchar esa radio emisora interna que parece relatar lo que ve desde un lente ondulado que se fue poniendo así con los años, porque antes… antes era liso. Poco a poco, voy escribiendo estos últimos tiempos y empiezo a sentirme, cada vez más, un escritor. Digo: cada día escribo peor, pero lo cierto es que cada día cumplo más y mejor el rol de escritor, me doy cuenta de que antes escribía para alguien, para que me vieran, pero con el paso del tiempo, dejé de intentar hacer de la escritura una cartelera de mí mismo y pasé a encontrar un placer íntimo por expresarme por medio de la escritura, porque claro: hay miles de maneras de expresarse, eso de dejar el sentimiento sobre una cosa, en un lugar, pienso en el tipo que hace un graffiti en una ciudad, de noche solo, escondido, cuidándose de la cana y no se lo cuenta a nadie, entonces es un anónimo para el resto de su vida lo hace para él, le interesa expresarse porque quiere que los demás lo sepan , pero a la vez solo lo hace por si mismo. Del mismo modo quizás una mina que se va de viaje sola a otro país y se toma la molestia de sentarse sola en un bar de noche a tomarse una cerveza, entonces agarra una servilleta de papel, saca una lapicera del bolso y escribe Roberrrrrrrrto te amo… si, así con puntitos suspensivos, lo hace por ella, a Rober le chupa un huevo, no se va a enterar nunca de hecho, él ahora está en la casa que comparte con ella, disfrutando de esos benditos 5 días de soledad que le vienen de maravilla porque desde que esta con ella, hace 2 años, no encontró ni un momento extenso y relajado de intimidad y por más que todo este tiempo sintió que con ella era feliz, ahora que se fue unos días se dio cuenta de que medio que tiene los huevos hinchados, entonces ahora mismo está tirado en el sillón frente a la tele mirando un DVD de Roxete con una birra en la mano mientras sube por su derecha el humo de un faso gomoso que descansa en el cenicero, levanta las piernas un poquito y se tira flor de pedo que hace resonar la cuerina del sillón y saben que…? se lo dedicó a ella… Eso también lo hizo por él nuestro queridísimo amigo Rober, se caga en ella, de la misma manera en que yo en este preciso momento, mientras escribo esto, se que los estoy puntuando como el orto y me cago en vos que lo estas leyendo. Por eso digo, una de esas soy cada día más escritor, incluso más que músico, aunque canto, me parece, menos peor de lo que escribo, pero eso también me chupa un huevo. Con todo esto, lo cierto es que parece existir una trama interna legítima, propia, el placer propio, el amor a uno mismo (Ohhhhhhhhhhh!!!), esto que parece una boludez grande como el cielo en realidad no es más que una realidad absoluta, tal vez la realidad absoluta. Bah… o por lo menos para mí que las personas que más me gustan son aquellas que se encuentran más cercanas a su legitimidad. Aunque esto puede ser de diferentes maneras, pero mientras más cerca están de su centro más me atraen, entonces entro en un brete y dejo de escribir porque empiezo a pensar que estoy intentando ser legítimo para agradarle más a los demás o quizá sea como dice La Agrado que uno es más autentico cuando más se parece a lo que soñó de sí mismo.