jueves, 22 de abril de 2010



Me voy, un cielo más allá este atardecer, sabes? De vez en cuando el mundo arde, me arde… Veo, tan difícil, a veces es ver, extraña, muy extraña es esa libertad y se va comiendo mis nervios. Cada tanto me pregunto si llegará antes la sabiduría o el síncope, si mi cuerpo y me cabeza aguantan hasta el final del camino. Miro esas caras y veo detrás, pienso que el tiempo mañana me huele mal, que el cielo se pone feo y que parece como si nos vendieran una habitación en una cárcel (con llaves y todo), la compramos en cuotas y cómodamente, pero 1000000 % de interés (eso, mínimo…), y cuando nos queremos acordar estamos llamando al herrero para ponerle rejas a la ventana (Se que no puede verme pero en este momento estoy abriendo los ojos bien grandes, un gesto de sorpresa…), “pintalas de verde vieja, van a quedar buenísimas!!!”. No lo puedo entender bien todavía. Por eso cada tanto me siento debajo de la cama unos momentos, en el eje de mi niñez, a mirar el mundo desde la inocencia, para no odiar, para no ser parte de eso que detesto. Camino hasta la puerta de la habitación de mis viejos, miro atrás para asegurarme de que nadie me esté observando y me tiro debajo de la cama, me saco los zapatos y las medias y así toda la ropa; apoyo las manos en el piso de carpeta sin cerámica y la cara en las rodillas y lloro, por lo que hay que llorar, y me doy tiempo para reparar… Un silencio, una lágrima, una soledad. Pura tierra, pura vida, natural…
Pequeño refugio y los pies en casita, pequeña cabaña del sol. Pequeña vertiente, divina sonrisa, seguir escuchando esa voz.



lunes, 19 de abril de 2010

Dejarlas partir




Todo cabe en una imagen. Un cuadro inanimado. Esa especia de cicatriz, esa llovizna, esa suave medicina que se disolvió en mí. Corrijo la luminosidad, oscurezco los ojos, oscurézcome a mí. Silba suave en el alero y falta un cuerpo, silbo suave en mi cabeza y vuela un tango en La bemol. Zócalos, luces, dos colores, los ladridos y la voz. Físicos, químicos, prácticos: desapareció. Y yo, que la mitad del tiempo estuve solo y la otra mitad sin vos, me siento en el vértice bicolor de siempre y veo todo, escena por escena. Y veo ahora y veo antes y después. El vino me enrojece la lengua y Fito me da letra.
Hay un paso más allá de lo que solemos ver, hay un punto de placer que se escapa de lo normal. Ni tan afortunado de haberlo conocido, si la vida dura mucho más después de que nos soltamos de la cuerda y la, infinita, caída al vacío nos regala miles de imágenes bonitas y ninguna escena donde detenerse lo suficiente como para respirar ese aire antibiótico que reverdece los rincones no tan bicolor de habitaciones lejanas en donde El Loco Angustia practicaba las artes del amor, largo y tendido, con su amante favorita.
Alejada de ese cuadro, la ventana a cambiado, así, como si la vida se pusiera en equilibrio y esto fuese una inmensa obra conceptual, entonces delibero las manos a las cuerdas. No solo me resulta imposible cantar alguna canción que no sea triste sin sentirme feliz, sino que, también, hay un espejo frente al cantante y me descubro avejentado y marcado de tempestades. Concluyo dos cosas al fin… No se si las fotos son un invento feliz... Y este traje de madurez, ya me viene sentando bastante bien…

martes, 13 de abril de 2010

Despertar



Estas marcas en mis brazos,
Esta cicatriz perfecta,
Esta curva de mi ciclo que siempre termina donde comienza…

Esta plegaria desafinada,
Este baile con la inocencia,
Esta suerte de autodesprecio,
Estas caricias qu me encarcelan.

No solventan más mi necesidad,
No encajan bien dentro de la novedad.

Esta ruta que se abre,
Este demonio que me aconseja,
Esta avidez de brillos,
Este fuego que se despliega.

Estos rumbos insospechados,
Este miedo que me impacienta,
Estas cartas dadas vuelta…
La apuesta que me destierra.

Reciclan toda mi humanidad,
Sacude el polvo y a mi libertad!

Un puente cruza un río,
Me aleja de la influencia.
Una mano se tiende y un brazo me aprieta.
Un segundo me pierdo,
Persiguiendo alguna estrella.
Un alma posee mi cuerpo y empieza a dibujar letras…
Sobre un papel.

Este cruce peligroso que no tiene ni barreras,
Esta sensación preciosa de no necesitar de ellas,
Estas banderas roja que guarde con prudencia,
Esta vieja esquina oscura que tanto lloró mi ausencia.

Aparecen siempre para empujar
Y me ponen a caminar.

Un puente cruza un río,
Me aleja de la influencia.
Una mano se tiende y un brazo me aprieta.
Un segundo me pierdo,
Persiguiendo alguna estrella.
Un alma posee mi cuerpo y empieza a dibujar letras…
Sobre un papel.
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Nota: Esta es la letra de una canción que perteneces TROVANOVA.
La imagen que acompaña a la letra está buscando a alguien que se anime a toquetearla... Así que, si hay alguna persona interesada en trabajar con ella, ya sea, arreglando, redibujando, reinterpretando o agregandole lo que se le ocurra, puede ponerse en contacto conmigo y le paso la imagen en original o en el estado que prefieran. Serán bienvenidas las propuestas.

viernes, 9 de abril de 2010

La inesperada balada de "El Loco Angustia"


Este me ha quedado bien feito y lo sé... JE!

Me va a servir de lección...

domingo, 4 de abril de 2010


No sé si estoy disperso y estoy súper enchufado, conectado, concentrado… Solo sé que más allá, que hoy resulta ser más acá. Es extraña la fisura sonora de palabras que se escapan sin captarlas en su idioma y sintiéndolas, entendiéndolas absolutamente, más allá, mucho, mucho más acá.
Es la mano ahí en el pecho, si te toco entenderás, se rompen las estructuras, te besaría, también, perdido de encontrar una vez más, como siempre y me dicen que esta mal, pero no puedo entender cual es la distancia entre tu boca amiga y el otro lado de la línea, donde se estremecen las bocas en los besos. Provoca tristeza, un tanto sí, y me decís que lo disfrute, entonces voy y vengo cruzando barreras, que no son como las líneas que se dibujan por ahí, y en los cruces me descargo, pero siento que es inmenso ese placer, disperso si… Quizá disperso, quizá no tanto… Pero la verdad es que donde esté me siento extranjero y no puedo volver a alinearme tras las caras que no se si aprecio ya. Yo quería ser amigo de esta gente, pero resulta que ya no sé. Ya no entiendo lo que pasa, como pasa y ya no puedo evadirme, es extraño, pero mi bienestar te hace daño y yo te aseguro que esto, esto es la crema de la felicidad. Y te abrazo y te sonrío y sonreís… Que feliz es ahora, no? Pero más tarde se busca fruta y no hay árbol de donde arrancarla y tu boca se seca de sed y este río, siempre está demasiado lejos. Es confuso, es extraño… Tan extraño soy?
Nos acostumbramos a que algunas ecuaciones no llevan más que ciertos factores y perdimos la noción de que puede haber más, mucho más. Se puede sumar y sumar y sumar. Donde irán estas ideas? Son los cabos desatados de la ingesta de la mezcla de las pieles que se roban un espacio en la diminuta y divina inmensidad. La vida pasa por la piel.
Es muy loco, estoy tan disperso que no solo no sé que es lo que oigo, ni en que idioma, aunque pueda entenderlo muy bien, sino que también estoy escribiendo sin saber lo que digo, como cayéndome de cabeza sobre el teclado y derramando todo el liquido de mi inconciente ahí.
O es que alguien me habla (como siempre), me baja línea, me da letra..? No lo sé, pero hay algo que sin dudas te alcanza en cualquier lugar, sinó no podría tener esta clarísima y extraña percepción de que solo un ojo hay y que a través de él puedo verte, donde estés.