domingo, 17 de enero de 2010

La guarida perfecta

Recuérdame volver a este centro, cuando ya no quede nadie caminando por la peatonal, si es que quieres… Como es que aún se llueve este cielo razzo? si ya hemos hecho todos los arreglos pertinentes… Esta copa se repleta y se vacía, así de fácil, nada más. Estos, tímidos, barriles de mis vinos en los días preguntas, me escasean los brebajes que te penden sobre un hilo en los tiempos de comedias…
He brillado ilusionado, me he apagado con un viento muy menor y, a pesar de los diluvios, mueren julios en abriles y el abril en primavera, que tras ver los floreceres, marchita mis albahacas al calor. Nada deja una semilla (quizá si…)
El efecto dura casi un tic-tac, o es que el tiempo se detiene..? (no lo se…), lo perfecto casi siempre duerme allí y al brillar la luz del día sale al trote a quererse guarecer. La única necesidad necesaria es quererse completar.
Cubro el trecho recorrido con mis manos (otras veces con un dedo me alcazó), donde viven los impulso que no duermen, justo antes de dormir, donde se hace que se hace pero, siempre, no se hace y entonces nada nace, al fin. Donde el trance se desnuda, donde quedan las palabras a merced de aquella vos que te habla, sin mentiras, de una vez (gracias a Dios!!!), donde baila la energía que nos deja en esta tierra, donde más difícil miento, ahí estoy.
sexo...

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