Estoy pensando que el sol no es más que nuestra estrella más cercana entre millones y, así, tantas veces ciertos cuerpos cotizan mucho menos de lo que valen. Reflejos de colores propios y las sombras… asombra que tanto pueden ensombrecer. Despertar es sinónimo de mañana, sin embargo la noche trae la luna de los ojos al abrir, por momentos las pupilas que se pierden lo ven todo sin mirar y en el flujo de lo bello solo puede despertar lo más real.
Ascendiendo de un descenso, muy profundo, lo más claro de mi voz asimila la mañana en lo mejor de mi canción, alcanzando alguna estrella (más allá del sol) que ilumine con su rayos un vital reverdecer. Un paseo que nos lleva de regreso, un reflejo que te enseña más del sol, un sombra diminuta, diminuta de la bestia que habita en el Astro rey.
Hasta llueve y se amanece, pero moja nuestros pies. Siempre duerme en mis muñecas esa estrella que alcancé, que me guía, que me enseña a renacer.