jueves, 17 de junio de 2010

Lejanía

     

  Desde el miedo: Nota 2

Lejanía se escribía con la letra transparente, se escribía sin parar. Se escribía y se olvidaba, se olvida de lo escrito, pero siempre estaba ahí, esa letra que no vemos y, así, sin poder borrar, se aparece con susurros en la oscuridad. Y yo, que siempre tuve la palabra libertad enredada en los labios, me descubro dependiente de un abismo no sé que… Y yo, que siempre tuve el sueño deseo ahí bailando entre las manos, dando miedo de temer… No todos los días son malos, más aún: (para no ser tan cruel) te contaré que la gran mayoría de los últimos han estado justo en la vereda de enfrente de aquellos, pero los hay malos también, y (como ya te conté en otro episodio) cuando duelo, duelo; se me enredan las ideas, en cierto momento me detengo a pensar en alguna cuestión y las cuestiones dentro de ella y los resultados de estas cuestiones, y lo que pasaría con estos resultados y la tristeza que me provoca y lo que pasa cuando me pongo triste, y lo que se desencadena cuando pasa lo que pasa cuando me pongo triste y llega un momento que ya no sé ni cual era la raíz de asunto y … - ¡mierda!- Que mal me siento.



A veces canto y ya, es como vomitar cuando uno esta mal del estomago, solo que saben mucho mejor las canciones al salir de la boca que la comida de hace un rato. Pero ese un remedio que se debe encarar rápidamente, porque si ya hace mucho rato ando como ángel arrastrando las alas mojadas y sucias, lo más probable es que el ánimo no me alcance para agarrar la guitarra y entonces las cosas se ponen peligrosas.


En estos últimos meses y producto de mi soledad, aprendí que, cuando estoy así, es mejor quedarme solo, al menos un rato, que soy bien infeccioso cuando algo anda pudriéndoseme por dentro y mucho más si no tengo idea de porque. Ahí viene otra vez El Loco Angustia arrastrando las patas sobre el rocío del pasto de un invierno porvenir, con su morral de cuero, clavando puerta por puerta esos pasquines de mierda, y lo peor de todo es que no se porque a pesar de que es un flor de hijo de puta (o por lo menos el trabajo que le toca, lo convierte en eso (yo sospecho que lo hace con vocación)) este tipo, medio que me cae bien. Decía: por lo menos por un rato, es mejor estar solo que tratando de poner las razones de mis quilombos sobre las caras que se me cruzan. Aprendí que no todos lo días uno anda como el orto y sin soportarse, siquiera, a uno mismo y claro: de este modo, mucho menos soporta a los demás, y después, cuando uno vuelve a estar de buenas quiere golpear la puerta de los que quiere para pasar a tomar un mate o que ellos se la golpeen a uno y entonces no es bueno andar espantándolos cuando uno anda de malas.


Pienso: las broncas… como que la gran mayoría de las veces son con uno mismo. La lejanía es un abismo interior. Las letras se dejan tipear (gracias a Dios), aún cuando uno anda de culo y quizá al leerse, uno se ve y se acerca al menos un poco. Así que escribo y comparto, quizá a alguno le sirva esta triste experiencia. E.B. diría: “La mejor compañía para estados de ánimo peligrosos…”


Nota: Eligí poner una imagen bonita para que este post no sea una completa mierda... o quizá porque es la que debía ir, como si desde siempre hubiera tenido claro lo que veo en ella. Ya no lo sé...

4 comentarios:

Pepe dijo...

Bueno,hoy no es un buen día para dejar de fumar...

Gabriela dijo...

Sólo no quiero estar apartándome... Que sentido tiene todo lo demás sino...

Espérame en Siberia dijo...

Como con las dietas: mejor empezar un lunes, guapo.


Mucha luz.

Rosa dijo...

Oh, esto no es una mierda de post!!. Cuando uno se duele y cuando a uno se le enredan las ideas es cuando más hay que quererse Pepe.

Quierete!! y es una orden....por favor, que la educación no tiene porqué estar reñida con la marcialidad.

Y espero que pronto llegue el día en el que dejes de fumar :)

Besos