sábado, 27 de febrero de 2010

El nuevo cruce


No hay destinos parecidos para mañana. Cada cosa tiene su tiempo de saborear y, parece ser, que uno siente cuando es hora del próximo bocado.
Siempre me resulto bonito hablar en plural, pero hay algunas líneas de esta novela de estructura social que siempre me han resultado complicadas.
Me sumerjo en un pensamiento denso donde debiera nadar corazón… Donde juegan los intereses se tropieza de lo lindo. Pero hay campo y ciudad, ríos y mar, noche de estrellas y días con calor de hogar. Tanta trama complicada, tanta fresca brisa que se escapa si me muevo de donde hoy estoy. La promesa es una pluma en el aire y su oferta no alcanza para mover los pies de, esta, mi casita de hoy. Que la oferta no alcanza a solventar ni la oferta callejera, digo. Si…
Nunca he sido muy bueno para dejar ir las cosas. Supongo que, por lo tanto, tampoco para dejar entrar cosas nuevas, pero las novedades saben como entrar de polizones a mi tren, enriquecen mi viaje, me acercan al vértigo, a las historias que siempre vienen bien a la hora de cantar.
Mis viejos zapatos (como siempre) pateando sobre el polvo, son una imagen divina que me atrapa y me seduce al punto de no querer, a veces, levantar la mirada de esa fotografía absoluta, podría contar que desde algún lugar me late que el camino lo es todo, que cada pueblo al que se llega trae algo nuevo generosamente, que paga el desarraigo de abandonar el pueblo anterior y a pesar de todo, cuando uno anda caminos de tierra, muchas veces (por lo menos hasta hoy) queda la posibilidad de volver atrás.
Pero supongo que ese cruce que hoy se despliega frente a mis ojos, al levantar la mirada, se desvanecerá en cuanto tome alguno de sus caminos, nada quedara de él, solo uno recta de árboles secos y alambrados a la vera de los campos, un sendero polvoriento donde antes escribía esta canción.
Por hoy me quedaré sentado aquí… Abrigado de la tierra del camino, escribiendo versos en la tierra que el viento borrara, fotografiando este momento, en blanco y negro, de un hombre sentado en medio de un cruce. Mañana, esa tormenta por llegar, me obligará a correr por algún camino o a volver atrás caminando debajo de la lluvia.

2 comentarios:

Rosa dijo...

Vivir es eso, no?. Decidir continuamente que camino tomar, o sentarse en sus cruces, o volver atrás.....hummmmmmm, lo de volver atrás puede tener lecturas negativas, pero también positivas.

Un beso.

Anónimo dijo...

Auch!!!! que dificil es dar pasos y que propio para este momento de mi vida... la verdad es que se me complica.. como diria Andres, a causa de partir voy a saber lo que es volver y volver!!!

cuidate!!!
Lau