Sabés, sé muy bien, no se descansa en este tiempo.
Si florecen dulces no hay que desaprovechar,
y si arrebatan unos brillos a tus ojos:
no volver la vista,
hay algo primero.
En medio del río no te podes distraer…
Y sabés, hay un pulso que galopa acá en mis venas,
siempre anda tentando con desviar un poco un pie.
Y de vez en cuando ceba tanto que me enciende:
no puedo evitarlo,
sabe seducirme,
Entre paso y paso se apodera de mi voz…
Y no me digas nunca que se ha terminado el juego,
yo siento la llama siempre ardiendo tras de mí.
Son tantas palabras que aún no has escuchado,
Nada está cerrado, está todo por abrir.
Parte una mentira, natural y dolorida.
Ando bien sonriente si la gente me hace bien.
o armo entre mis manos un refugio pa’ mi boca:
cultura de cruces que traen los días.
No puedo mentirte, también me hace sonreír…
O quizá un acorde pueda cambiarme la vida,
la naturaleza de un sonido acá en la piel.
O tal vez sus brazos puedan venir a abrazarme
y descubrir todo, verme en un engaño…
Y solo deseo, sigas respirando ahí.
Y no me digas nunca que se a terminado el juego,
yo siento la llama siempre ardiendo tras de mí.
Son tantas palabras que aún no has escuchado.
Nada está cerrado, está todo por abrir.
En homenaje a aquella puerta que un día se abrió y deseando no deje de ir abriendo otras a su paso, una trás otra... Todas las que allá por abrir.